El 23 de junio del 2020 el Gobierno aprobó un Real Decreto-ley con el objetivo de implementar medidas que sirviesen de impulso a las energías renovables y a favorecer la reactivación económica. Ello parte del importante recurso renovable con el que cuenta España, que aunado a una cadena de valor muy consolidada, es capaz de ofrecer un crecimiento exponencial. El despliegue de renovables en España, que se ha fijado tener un sistema eléctrico 100% renovable antes de 2050, permitirá aprovechar su potencial en términos de generación de empleo, actividad económica y competitividad, en línea con los planes de recuperación económica verde de la de Unión Europea.
Se aprueba el 21 de mayo de 2021 la Ley 7/2021, de cambio climático y transición energética. Mediante la publicación de esta ley se pretende asegurar el cumplimiento por parte de España de los objetivos acordados en el Acuerdo de Paris que tuvo lugar el 12 de diciembre de 2015. Entre ellos se encuentran, entre otros: la descarbonización de la economía española, su transición a un modelo circular de recursos, promover la adaptación a los impactos del cambio climático y la implantación de un modelo de desarrollo sostenible.
A lo largo de articulado se recogen los objetivos mínimos nacionales que hay que alcanzar en materia de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, energías renovables y eficiencia energética para los años 2030 y 2050. Se pretende obtener una reducción significativa del conjunto de la economía española: en el año 2030 deberán reducirse en al menos un 23% respecto al año 1990 y se deberá alcanzar la neutralidad climática a más tardar en el año 2050. Además, se pretende que para el 2030 las energías de origen renovable en el consumo de energía final tengan una presencia del 42%, un sistema eléctrico con, al menos, un 74% de generación a partir de energías de origen renovable y mejorar la eficiencia energética disminuyendo el consumo de energía primaria en, al menos, un 39,5% con respecto a la línea de base conforme a normativa comunitaria.
La ley, además, aborda la necesidad de aprovechar el dominio público hidráulico no fluyente para la generación de energía eléctrica en las nuevas concesiones que se otorguen, lo cual persigue fundamentalmente el apoyo a la integración de las tecnologías renovables no gestionadas en el sistema eléctrico, promoviendo en particular las centrales hidroeléctricas reversibles.
Se trata también de combatir el endeudamiento en actividades como el transporte, la distribución del Gas Natural o la electricidad. Para ello, se introduce un principio de prudencia financiera en las metodologías de retribución de estas actividades reguladas que el organismo competente para su aprobación desarrollará. Con el fin de conseguir edificios más eficientes, fomentar el uso de materiales con la menor huella de carbono, mejorar la accesibilidad de los edificios y fomentar la introducción de energías renovables en la rehabilitación de viviendas para promover el autoconsumo de las instalaciones fotovoltaicas en las comunidades de vecinos, y el sistema de calefacción y refrigeración de cero emisiones.
A colación con todo lo anterior, el martes 1 de junio de 2021 entró en vigor en España la nueva regulación para medir el consumo de electricidad. La nueva tarifa de la luz ahora está regulada por unos tramos horarios de consumo que obligan a los consumidores a cambiar sus rutinas.
En su intento de simplificar la factura y hacer que el usuario sea más eficiente en el consumo de luz, el Gobierno ha establecido distintos tipos de precios para los peajes, por tipo y por horarios. Existen tres periodos diferentes de facturación de energía: hora punta, llana o valle.
- El tramo de energía punta será el más caro y oscilará entre las 10:00 horas y las 14:00 horas de la mañana y las 18:00 horas y las 22:00 horas en días laborales.
- El segundo tramo, con un precio intermedio, comprenderá las horas de las 08:00 a las 10:00 horas, de las 14:00 horas a las 18:00 y de las 22:00 a las 24:00 horas. Esto es, el periodo de facturación llano.
- Y, por último, el último tramo de facturación se llamará valle y será el más económico. Sus horarios serán de madrugada los días laborables, 00:00-08:00 horas, así como los fines de semana y los festivos.
Los consumidores deben adaptar sus rutinas a las nuevas horas establecidas por los tramos para conseguir optimizar la energía que se consume en sus hogares. Teniendo en cuenta estos horarios, el consumidor medio con una tarifa 2.0 A y con un contrato de 4.6 W de potencia, gasta una media de 3.500 kWh. Con una buena adaptación a los tramos, podrá ahorrarse unos 21 euros anuales; algo menos de 2 euros al mes. Los más beneficiados serán los hogares y las empresas entre 10 y 15 W; los usuarios que ejerzan el teletrabajo podrán ver cómo ligeramente sube su factura y, los ahorradores, podrían incluso llegar a dejar de pagar una media de 100-120 euros al año si actúan en base a los tramos horarios.
En lo que consiste es en que, el usuario traslade la mayor parte de su consumo diario a los tramos de horario valle, por ejemplo: usando lavadora, lavavajillas, acumuladores de calor… Se trata, por tanto, de pequeños cambios que pueden repercutir considerablemente en la factura de la luz que habrá que pagar a final de mes, y por tanto, en la economía domestica.
La nueva tarifa afecta a todos los hogares, y con el objetivo de "incentivar el uso de las redes en los periodos horarios donde la saturación es menor", tal y como indica la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, hemos todos de adaptarnos a la nueva normativa.